Cada vez que tenía un día malo,tu pintabas de azul ese cielo que yo veía gris.
Cuando me levantaba con el día negro,tu pintabas de colores mis mañanas.
Una sola de tus palabras me hacía sonreír.
Donde estaban tus huellas,yo posaba mis pies,nunca me perdí,hasta el día en que tus pies se alejaron de mi camino.Fue ahí cuando me di cuenta de que llevábamos tanto tiempo cogiendo los mismos atajos,que en algún momento alguno de los dos tendría que desviarse para volver a retomar su meta en la vida.Y aunque me duela,siento que nuestro camino no acaba aquí,que cada huella que se borre es remplazada por una nueva que nos acerca más.Y sé que en algún momento tú y yo,volveremos a encontrarnos.
Supongo que de aquí hasta el día en que nos encontremos,habré conocido a otras personas.Jamás nadie me hará sentir como tú,pero por el simple hecho de que lo intenten,merece la pena vivir por ellos.
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